Mirá qué lindo bebé voy a ser, claro, si vos me das la oportunidad de nacer y estar en tus brazos mamita, yo ya te quiero mucho mi mami, vos... me querés? Quereme por favor... te necesito mucho... Te juro que en cuanto crezca un poquito yo te voy a cuidar siempre y no voy a dejar que nadie le haga daño a mi mamita! Sos la mami más linda del mundo. Te amo!! Y no tengas miedo de nada, estando juntitos todo saldrá bien, tené fe, confiá en Dios y en mí. Besitos. Martín.

martes, 6 de octubre de 2009

Mi brevísima historia de vida


Hola, me llamo Martín porque éste es nombre que mi mamá me hubiese puesto si yo hubiese podido ser, o nacer, para el caso es lo mismo. Debo aclararles que mi mamá es cristiana y mi papá judío, pero esto no tiene nada que ver con lo que mi mamá piensa sobre el aborto. Ella ahora no está en contra porque lo esté la Iglesia, sus razones son muy de este mundo, aunque ella cree que yo vivo y soy un angelito en el Cielo. Eso no se los voy a confirmar todavía.
 Yo tendría que haber nacido en los primeros días  del mes de julio del año 1974, por lo tanto yo tendría ahora 35 años. Mi padres eran dos jóvenes que se querían y que vivían aquellos años como eran,  con mucha libertad. Ambos eran estudiantes universitarios, se conocieron en la biblioteca de la facultad y de allí al amor hubo poco tiempo...también al amor físico, a la entrega sexual. Mi mamá era bastante jovencita y no entendía todavía muy bien de esas cosas de cuidarse para no tener un hijo, sabía que no quería ser mamá todavía, le faltaba bastante en la carrera y antes quería recibirse y como pensaban en aquella época las chicas, casarse. Mi papá estudiaba medicina, así es que sabía muy bien la manera de cómo debían cuidarse y así se lo explicó a mi mamá. Ella en la actualidad se culpa más aún porque fue ella quien se equivocó.
Ellos se cuidaban a través del método de las fechas de regla, con el cual hay que contar los días de fertilidad y durante ellos no tener relaciones. Funciona así. Se cuentan desde el primer día de la última regla, catorce días y desde ese día durante por lo menos una semana no se deben mantener relaciones, pasados esos días se supone que ya no se está fértil y debería poderse. Aunque en principio es un método muy frágil porque depende exclusivamente de la cantidad de días que tenga el ciclo menstrual de la mujer. Normalmente son veintiocho días, por eso se deben contar catorce o sea justo la mitad, pero si se trata de una mujer que tiene un ciclo de treinta, habrá que contar quince días y si es un ciclo de treinta y dos días será de dieciseis. Otro de los problemas es que en muchas mujeres no todos los ciclos son iguales, hay meses de veintiocho, otros de treinta y si se es muy jovencita a veces hasta se hacen más largos aún. Con lo cual este método es muy poco seguro y no es aconsejable usarlo por lo menos como único.
Actualmente, en todas las relaciones deben usarse profilácticos ya que existe el peligro a contraer sida, pero en aquellos años esto no existía y sólo había que cuidar el evitar los embarazos.
Pues bien, ellos usaban este método que les expliqué y les había ido bien mientras mi mamá llevó el control exacto de sus días de regla y por lo tanto mi papá la ayudaba con las cuentas para cuidarse en los fértiles. Pero hete aquí, que mi mami trabajaba, estudiaba, tenía su familia y su novio, mi papá, y entre tantas cosas un mes, el de octubre de 1973 cuando mi papá le preguntó la fecha de su regla, ella dudó entre dos días que significaban una semana de diferencia, le dijo una y con esa fecha se suponía que no estaba fértil ese día. Tuvieron relaciones y no se preocuparon, creían que todo estaba en orden.
Su relación continuó normal, hasta que un día mi mamá miró un calendario y se dio cuenta que se había equivocado la fecha que le dijo a mi papá y entonces se lo aclaró. Mi papá se puso furioso porque se dio cuenta que no se habían cuidado en días fértiles y entonces ambos esperaron a que llegara la próxima regla,  yo ya estaba en la pancita de mi jovencísima mami y por supuesto la regla no llegó, no sólo eso sino que además mi mamá tenía náuseas y la pobre se dormía en todos lados. Mi papá que era casi médico le hizo hacer enseguida un test de embarazo de los que se hacían antes en los hospitales y allí lo confirmaron, el informe del bioquímico decía claramente: TEST DE EMBARAZO POSITIVO.
A mí me hubiese gustado verlos abrazarse de alegría y llorar de contentos y hacerme cosquillitas a través de la pancita de mi  mamá, pero no fue así. Discutieron, sin pensar que yo escuchaba, y discutieron mucho, se echaban mutuamente la culpa y mi mamá terminó culpándose sólo ella y llorando amargamente. Se sentía desolada, en su familia las cosas no estaban bien como para aparecer ella con esta noticia, había hablado con mi papá y él lo primero que le dijo fue que había que abortarme, ella no sabía qué decir, él le dijo que no se preocupara que conseguiría un médico para hacerlo y la acompañó a su casa.
Desde ese día y toda la semana siguiente mi mamá no hacía más que llorar, tenía miedo a todo a  hacerlo y a no hacerlo. No se sentía preparada para ser madre, ella soñaba con recibirse con casarse antes y después recién tener hijos, ahora recuerda que hubo un momento en que le propuso a mi papá casarse o vivir juntos, que ella bancaría todo, porque él con su carrera no podía, pero él no quería, se negó; creo que tenía tanto o más miedo que mami. Después de esta conversación sobre mí, cada vez que trataba de ver a mi papá no lo encontraba en ningún lado. Hasta ese día se veían diariamente vivían a dos estaciones de subte, se hablaban por teléfono todos los días y sin embargo esa semana ella no supo nada de él.
Comenzó a faltar a la facultad y a quedarse en la plaza de enfrente llorando sentada en un banco. Hasta pasó por su mente la idea del suicidio.
En esa circunstancias, conoció al que años después fue su marido, le contó lo que le pasaba y éste hombre le aconsejó que se lo contara a su mamá. Mi abuela no fue la que le dijo que lo hiciera, que me abortara, pero tampoco le dijo que no lo hiciera, estaba muy abrumada con un grave problema familiar y además ella ya se había hecho dos abortos estando casada y para ella eran sólo un trámite. Mi mamá se sintió un poco más aliviada y junto con mi abuela encontraron un médico que las derivó a otro. Mi mamá trabajaba así que pidió salir antes y quedaron en encontrarse con mi mamá en el consultorio, mi abuela como siempre llegó tarde y mi mamá entró sola muerta de miedo al consultorio. El médico preguntó por mi papá mi mamá debió decirle que ya no estaba. El médico y su enfermera sin más preguntas indicaron a mi mamá que se acostara en la camilla y comenzaron su trabajo. Yo seguía mi vida de paz tranquilo en la pancita de mi mami, sin siquiera presentir lo terrible que me pasaría en unos instantes nada más.  Mi mamá lloraba, pero llora más ahora que en ese momento. No tenía todavía dimensióbn del tamaño error, de la terrible acción que estaba cometiendo, mi mamá no se daba cuenta que me estaba matando, a mí, a su primer hijo. Ahora mientras escribe esto después de 35 años llora con mayor sentimiento, porque luego sí tuvo los hijos que Dios le mandó, aunque a tres se los mandó y luego se los llevó, dos antes de nacer y un tercero ya nacido. Ahora que me imagina y me piensa, ahora que vivió todo el dolor de las pérdidas de sus hijos prematuros y la muerte de su hijo nacido, ahora que su maternidad está deshecha entonces comprende qué grande fue su error. Aunque debo decir que mamá ya cuando nació mi primera hermana, la que tuvo cuatro años después de que me abortó a mí, cuando miró su carita, ya cuando la sintió patear en su interior se dijo a sí misma "Dios! qué hice!", pero ya era tarde, ya estaba hecho, mi cuerpito de apenas medio centímetro, sí, es cierto muy chiquito todavía pero era ya una vida humana, una vida que tenía un futuro y quien sabe cuántas cosas por hacer para bien de quién sabe cuánta gente, ese cuerpito cuando mi mamá salió del consultorio yacía en el fondo del basurero del médico.
Mi papá recién apareció como a la semana y a esa altura ya fue mi abuela la que lo echó, pero ella no tenía derecho, debería haber sido mi mamá quien hubiese tenido que hablar con él. Igualmente ya todo estaba hecho, yo muerto y abortado, mi futuro deshecho y el de mi mamá...bueno ella creía que solucionado. La vida dice siempre ella, nunca termina siendo el lecho de rosas que soñamos. Yo no lo sé porque no pude vivirla. Yo ahora tengo otra, al lado de mis hermanitos pero eso es otro tema que algunos no creerán, lo que nadie debe dudar es que cuando se aborta se está matando al propio hijo y eso, según mi mamá es como un puñal clavado en el corazón que se lleva para siempre.
 Quiero decirles que yo necesitaba contarles esto antes que entrar en otros temas que siempre tienen que ver pero que quizás en algunos casos sean más técnicos o también en otros más sensibles. Por ahora es todo. Mis saludos. Martín.

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