Mirá qué lindo bebé voy a ser, claro, si vos me das la oportunidad de nacer y estar en tus brazos mamita, yo ya te quiero mucho mi mami, vos... me querés? Quereme por favor... te necesito mucho... Te juro que en cuanto crezca un poquito yo te voy a cuidar siempre y no voy a dejar que nadie le haga daño a mi mamita! Sos la mami más linda del mundo. Te amo!! Y no tengas miedo de nada, estando juntitos todo saldrá bien, tené fe, confiá en Dios y en mí. Besitos. Martín.

viernes, 29 de julio de 2011

Hoy quiso escribir mi mamá


Abortar un hijo... qué inmensa equivocación, qué terrible error... Mi hijo cumpliría este mes treinta y ocho años, sería un hombre, un hombre con todos sus defectos y estoy segura que también con muchas virtudes, porque yo después tuve dos hijas y pude comprobar lo buena madre que podía ser y cuántos buenos consejos les dí para que sean mujeres de bien y aportando a la sociedad todo lo bueno que han aprendido sobre todo de mí su madre, que dedicó toda su vida a cuidarlas y criarlas con esmero, a imaginar que eran arcilla cruda en mis manos con las que yo podía realizar una obra de arte. Y salieron bastante bien. Aunque a una no pude ver sus logros, la mayor, se me fue mucho antes, cuando era adolescente, se la llevó la leucemia.
 Tampoco pude saber qué hubiesen sido los dos hijos que luego de la mayor quise traer al mundo pero no pudieron llegar, sendos abortos espontáneos me los quitaron. Luego tuve a la menor que gracias a Dios me acompaña.
 Y en cuanto a Martín sin embargo vivo preguntándome qué sería hoy? Le hubiera gustado la medicina como a su padre? o  los deportes como a su tío? O quizás se hubiera inclinado por los libros y las leyes como su madre, o tal vez al comercio como sus abuelos paternos o a la justicia como los maternos. Vaya uno a saber, nunca sabré qué hubiese sido Martín, nunca sabré si hubiese sido rubio como sus padres y con los ojos verdes como yo o marrones como su padre, nunca podré abrazarlo, nunca pude tenerlo en mis brazos, nunca pude decirle "te amo hijo"... y todo eso porque fui cobarde... porque creí que su padre me abandonaría y no podría seguir adelante sola con él. Fundé mi actitud en una carrera recién comenzada y al fin esa carrera la terminé muchos años después de lo previsto.
 Debía tener cinco hijos ahora y tengo sólo una y estoy muy sola, mi marido me dejó después de la muerte de la nena y la vida fue un solo dolor. Si Martín hubiese vivido a lo mejor me hubiese dado nietitos y hoy además de tener por lo menos dos hijos conmigo, tendría también mis nietos y mi hija tendría primos y tíos, todo lo que ahora no tenemos, somos una familia de dos personas.
 Dios te da...y Dios te quita cuando no lo sabés valorar.
 Nunca dejaré de estar arrepentida de haber abortado a Martín, quizás ahora en la soledad hubiese sido junto con su hermanita menor mi mayor consuelo a tanto dolor por la partida de su hermana.
 Pero no, deberé vivir hasta el final de mis días con este dolor por el error cometido que no se puede reparar jamás y con el dolor por no tenerlo, ni haberlo visto crecer, ni amamantarlo, ni besar sus mejillitas, ni acunarlo, ni recibirlo cuando da el primer pasito solo, ni esperarlo en el jardín el primer día de clase y que venga corriendo a abrazarse a mí porque me extrañaba,  ni nada, nada de nada...
 Lo único que espero es que Dios me perdone y me deje reencontrarme con él en el Cielo, aunque lo creo difícil, es un pecado demasiado grande matar un hijo, eso lo pude aprender recién cuando tuve a mi primer hija nacida, si Dios me lo perdona es porque es de verdad muy misericordioso.
 Pero quiero dejar bien aclarado que mi dolor no tiene más que ver con lo que Dios piense de mí o si me perdona o no, eso es porque yo soy cristiana, pero si no lo fuera, estaría igual de dolorida, porque ese dolor no viene por la religión, no viene porque Dios me dice que no lo haga, no, viene porque después tuve dos hijas y supe lo mucho que significaban para mí, supe como era capaz de ponerme enfrente de ellas para que no las dañaran, supe de las noches sin dormir cuidando sus enfermedades, supe del gran amor que soy capaz de dar a un hijo y yo misma no me puedo perdonar haberle negado todo ese amor a Martín, lo entienden ahora? Supe lo grandioso que era ser MAMÁ, así con todas las letras, como cuando nos llaman nuestros hijos cuando están asustados. Somos lo primero, lo principal en sus vidas y eso ocurre desde que están en nuestro vientre chicas!!! No crean cuando les digan que sólo es un poco de sangre, noooooo, ya está formándose y tiene todo lo que va a tener parecido a vos y a él cuando crezca, no crean a los médicos abortivos ni a todo lo que le digan que haga para no tenerlo, la vida que ustedes llevan ya no es de ustedes, es de ellos, como ustedes lo fueron en el vientre de sus madres. No tenemos derecho sobre sus vidas aunque se desarrollen en nuestro cuerpo, ellos tienen derecho a vivir una vez que nosotras sin saberlo o sin preveerlo los formamos, a partir de ese momento la vida es de ellos y nosotros somos sus principales cuidadoras porque son nada más ni nada menos que ... NUESTROS HIJOS!!!!
Yo sé amar a los hijos inmensamente y a uno de ellos lo dejé partir yo, yo lo hice matar por un médico inhumano!! Y después terminé llorando por años y lo sigo haciendo a una hija que murió enferma, cada vez que rezo por ella, lo hago también por Martín y en ese rezo le pido que me perdone... que ahora lo amo  tanto como a todos los hijos que tuve, la que vivió, la que vive, los que perdí y a él que lo aborté yo, a todos los amo por igual, todos son MIS CINCO HIJOS AMADOS, AUNQUE AHORA SÓLO TENGA UNA... espero que pueda perdonarme...

Firmado: Martina, la mamá de Martín.